Cuánto que te dañan mi Concordia…

Puede aplicarse a Concordia o a cualquier ciudad en el mundo a modo de reflexión.

¿Qué personas la habitan?, personas  oriundas que se cierran  a conocer o aceptar lo lindo de otros lugares como así también los nacidos aquí que valoran lo bueno de acá y allá. Personas que han venido  sin ser de aquí y les ha gustado o no la ciudad. Pero también están aquellos que se fueron y la miran con resentimiento y otros que se van y la extrañan.

Dicen que el lugar que uno elige para vivir es el mejor del mundo, porque es nuestro lugar… en el que nos tocó estar y esto es respetable.

No obstante me pregunto: ¿hace falta que si no te gusta el lugar en donde naciste, viviste o vivís, lo menosprecies tan cruelmente? ¿es necesario que lo ridiculices, que lo humilles, que lo ataques, que lo desprecies?.

Son innumerables las personas que encima, tildan a la ciudad (esta o cualquiera del mundo) por quienes viven ahí, pero no se dan cuenta que ellos también de algún modo fueron o son parte de ella, que de algún modo esa ciudad que tanto critican les pudo dar algo, amigos, un paseo familiar, educación, un lugar donde nacer, una plaza en donde jugar, un trabajo, casa, una mascota, abuelos, primos…

… pero claro, siempre es más fácil quedarse con lo malo. En cuántas oportunidades ocurre que se desprecia a un lugar por su gente, porque “nos cae mal”, porque no es “top” porque es una “ciudad grande” o porque es “un pueblo” o “una ciudad chica”. ¿Y dónde queda todo lo bueno, lo lindo?.

Cuando surgen malos recuerdos de un lugar, 99% de las veces fue causado por ciudadanos que habitaban allí, pero si bien quienes habitan son parte de una ciudad, no son lo único que la constituyen, por ende, comprendo que se deteste una sociedad, que no sea de nuestro gusto el paisaje del lugar; pero el lugar propiamente dicho es parte de un todo, los límites geográficos los determinó el hombre. Hasta ese lugarcito perdido  o ignorado es parte del  mundo,  nuestro mundo,  el único lugar en el que podemos vivir más allá de los sueños.

El punto no es amar un lugar que no te gusta,  el punto es…  tratarlo con respeto, si no es por uno mismo al menos por quienes sí creen en él. Soy de las que creen que si no respetas  a los demás no te respetas  a vos mismo, pero no es una obligación, también está la opción de faltarle el respeto a los demás….  pero en ese caso, no pidas que se te respete.

~ por Paola en julio 13, 2010.

2 respuestas to “Cuánto que te dañan mi Concordia…”

  1. No sé qué sucedió con tu ciudad, pero a mí me encanta.
    Un saludo

  2. Gracias Marcelo. Sucede que hay mucha gente que sólo le falta decir que la ciudad es una porquería por no ser una metrópolis. La consideran aburrida, fea… Tan solo es diferente, hay más tranquilidad. Puede que haya menos gente que antes, pero es que los jóvenes están estudiando en otras ciudades, otros se tomaron largas vacaciones, etcétera. No coincidí con la opinión de muchos que sólo vienen de visita o que no la han visto en otras oportunidades y me inspiró para escribir una carta de lectores, que además de publicarla en el diario local, la publiqué en el blog para compartirla con otras personas. Como lo escribí, pienso que en muchas ciudades debe pasar algo similar.
    Muchísimas gracias por visitar siempre el blog.
    Cariños

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